El resulto de la noche en tlatelolco era un tragedia. A través de las historias que Elena Poniatowska había acumulado, podemos imaginar claramente lo que ha pasado en ese tiempo. Es muy interesante que todos tenian una historia diferente. En la primera parte del texto que hemos leido, nos da una idea del escenario. En cada periódico, había diferentes números en relación con cuantas personas eran heridas y muertos. El numero era entre 20-28. Había un periódico que ha reportado 325 muertos. Pero aproximadamente, había 2000 encarcelados. Pero es una historia llena de contradiciones. Algunos dicen que los soldados eran los que había empezado tirando, pero José Hernandez Toledo había dicho que había una bala en su pecho. "Creo que si , se quería derramamiento de sangre yo es más que suficiente con la que yo ya he derramado."
Parece que nadie sabe la verdad. Como la prensa solo escuchó a los que tienen una voz importante. Los directores de operaciónes, etc. General Barragan dijó que no había evidencia que era la culpa de los estudiantes.
Es interesante porque ya se juntaron los estudiantes de UNAM y Caso y de la vega en la Casa del Lago, para discutir la situacion de la protesta. Roberta Avendaño Martinez mencióno que los estudiantes creyeron que ya son de acuerdos con el gobierno, así que decidió cancelar el desfile en el campus de Santo Tomás. Pero desafortunadamente, todavía el resulto era muy violente a pesar de lo que había discutido.
Lo más triste parte es el derramamiento de la gente inocente. Estudiantes, niños, madres, padres, etc. Que sólo querían apoyar, o simplemente curiosos. También vemos la ignorancia de los soldados. Por ejemplo, cuando ellos habían pedido por una camilla, el soldado contestó, "Cállate! Hijo de la chingada!(p.188)." Eso muestra la triste verdad que los soldados faltaron empatía hacia la gente.
Pero también aprendemos del apoyo hacía a los que perdió alguien en su familia. Por ejemplo, Diana Salmeron de Contreras perdió su hermano menor que se llama Julio. "Cuando estábamos velando a Julio la solidaridad de sus compañeros me llegó muy profundamente. Todos los muchachos de la Vocacional número 1 vinieron a la casa tan pronto como supieron de la tragedia. Habían recolectado unos quinientos pesos. Mi hermana les dijo que no necesitábamos el dinero, que era mejor usarlo para el Movimiento. "No", dijeron todos "tu hermano es el Movimiento. Toma los quinientos pesos (p.188)." Aqui, nos enseña la importancia y pasión que los mexicanos se sintieron hacía el Movimiento durante ese tiempo.
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